lunes, 27 de abril de 2015

La ética es la rama de la filosofía que se ocupa del estudio racional de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir. Requiere la reflexión y la argumentación. El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado.
La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se ha de aplicar posteriormente a nivel individual y a nivel social. En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la adopción de un sistema moral u otro.
Una doctrina ética elabora y verifica afirmaciones o juicios determinados. Una sentencia ética, juicio moral o declaración normativa es una afirmación que contendrá términos tales como “bueno”, “malo”, “correcto”, “incorrecto”, “obligatorio”, “permitido”, etc., referidos a una acción, una decisión o incluso también las intenciones de quien actúa o decide algo. Cuando se emplean sentencias éticas se está valorando moralmente a personas, situaciones, cosas o acciones. Se establecen juicios morales cuando, por ejemplo, se dice: “Ese hombre es malo”, “no se debe matar”, etc. En estas declaraciones aparecen los términos “malo”, “no se debe”, etc., que implican valoraciones de tipo moral.

Se llama defecto a la carencia o falta de las cualidades propias y naturales de una cosa o a cualquier imperfección natural o moral.
No es la sola carencia de una cualidad o perfección o el grado limitado de poseerla, sino estas mismas negaciones cuando afectan a un sujeto, cuya naturaleza concreta requería la dicha cualidad o perfección o un grado superior en ella. Esta idea es la que etimológicamente expresa la palabra, ya se derive del verbo latino deficere, faltar, o delfallere, engañar; en ambos casos indica privación de una cualidad necesaria, cuya ausencia hace que la cosa sea deficiente, incompleta, irregular o imperfecta.

La virtud es la integridad hacia la verdad. Se expresa como excelencia moral, poder y fuerza, castidad o pureza u otros. Es también, a una cualidad, lo que permite en quien la posee ante las situaciones más difíciles cambiarlas favorablemente. El virtuoso es el que está en camino de ser sabio, porque procura llegar a sus metas sin pisar las de los otros, porque pone a los demás de su lado y los lleva a alcanzar sus distintos objetivos. El virtuoso es el que «sabe remar contra la corriente».
También, una persona virtuosa es aquella que sabe sacar adelante cualquier problema que se avecina. Es una persona que tiene muchas cualidades y las pone en práctica a diario. La persona que quiere ser virtuosa consigue adquirir ese hábito bueno que hace al hombre capaz de cumplir el bien.
Las virtudes se consideran estímulo de las cualidades positivas, y se oponen a los vicios. Las virtudes enaltecen las cualidades buenas y sensitivas del ser humano.

El civismo se refiere a las pautas mínimas de comportamiento social que nos permiten convivir en colectividad.
Un ejemplo de civismo es cómo se comporta la gente y cómo convive en sociedad. Se basa en el respeto hacia el prójimo, el entorno natural y los objetos públicos; buena educación, urbanidad y cortesía. El uso del término civismo tuvo su origen en la Revolución francesa e inicialmente, aparece unido a la secularización de la vida que esta supuso.
Se puede entender como la capacidad de saber vivir en sociedad respetando y teniendo consideración al resto de individuos que componen la misma, siguiendo unas normas de conducta y de educación, que varían según la cultura del colectivo en cuestión.
La educación a veces es vista como un prerrequisito que ayuda a los ciudadanos a tomar siempre buenas decisiones y lidiar con los demagogos que les engañen. Roger Soder escribe que en una democracia, donde se colocan las exigencias del buen ciudadano a todos, «solo las escuelas comunes puede proporcionar a todos la educación que necesitan.




No hay comentarios:

Publicar un comentario